Pablo Picasso (Málaga, 1881– Mougins, 1973) concedió siempre una enorme importancia al grabado: desde 1899 hasta 1972 realizó más de dos mil, que constituyen casi un diario de su vida de artista.
La exposición El taller del escultor del Museo de Arte Abstracto Español–Fundación Juan March, de Cuenca, muestra una selección de 12 grabados de la Suite Vollard, una célebre serie realizada por Picasso entre septiembre de 1930 y junio 1936, compuesta de un centenar de estampas y en la que Picasso empleó, con innovación y maestría, diferentes técnicas de grabado, como las del aguafuerte, la punta seca, el buril o la aguatinta. Las obras seleccionadas responden a un motivo picassiano –“El taller del escultor”–, que gira en torno a las relaciones entre el arte y vida, encarnadas aquí en el vínculo entre el artista y su modelo.
Fechas: hasta el 16 de enero de 2020.
Naves Matadero acoge la exposición de Elena del Rivero que recoge materiales plásticos y visuales en los que la artista ha estado trabajando a raíz de que el atentado del 11-S sucediera muy cerca de su estudio en NY.
“Realmente no podemos imaginar cómo fue. No podemos imaginar cuán terrible, cuán aterradora es la guerra, y cuán normal se vuelve. No puedo entender, no puedo imaginar. Eso es lo que cada soldado, y cada periodista, cooperante y observador independiente que ha puesto a prueba y que tuvo la suerte de eludir la muerte que atropelló a otros cercanos, se siente tercamente. Y ellos tienen razón. Ante el dolor de los demás”. Susan Sontag
El 11 de septiembre de 2001, la artista española Elena del Rivero afincada en Nueva York, estaba en Madrid preparando su siguiente inauguración cuando vio cómo se derrumban las Torres Gemelas en la televisión. Mientras observaba las nubes de polvo imaginó su estudio (ubicado frente a la torre sur, en el 125 de Cedar Street) destruido y ella también se derrumbó. Voló a Nueva York y fue directa a su espacio de creación pero la policía le bloqueó el paso ese día. Los siguientes también. Con el tiempo, a los residentes de la Zona Cero se les permitió ir a sus domicilios. Su estudio estaba cubierto de polvo y de papeles. Limpió todos los objetos de polvo y contaminación producida por el atentado y desde allí documentó con una cámara de vídeo las labores de limpieza de la zona y su cotidianidad. Recogió más de 100 horas de grabación y de 3.000 papeles que numeró, catalogó, fotografió y cosió con seda y perlas, materiales propios del trabajo de Elena quien concibe la costura como dibujo.
Uno de los resultados de este proceso es la instalación [Swi:t] Home: A Chant, 2001-06, presentada en lugares como el New Museum de New York, y que ahora se muestra, por primera vez, junto al archivo completo. En ella, las piezas de papel destruido representan una emoción abstracta de sufrimiento y los nombres propios de las personas que aparecían escritos han sido quemados, pero evidencian vidas que se perdieron durante el ataque del 11-S, como vidas perdidas en cualquier guerra.
El archivo del polvo articula una mise-en-scène que habla de los efectos de la guerra, la contaminación, el cultivo de materias primas, las migraciones, la transformación de la arquitectura para ayudar a los pueblos desplazados, el dolor de la pérdida… Un material que ha inspirado la participación de artistas en Naves Matadero – Centro Internacional de Artes Vivas como la coreógrafa, bailarina, pintora y poeta Mónica Valenciano alrededor del proyecto de Elena del Rivero generando materiales nuevos de pensamiento y performance. Valenciano inaugurará el 13 de noviembre El archivo del polvo con una pieza pensada para ello. Y, a través de El archivo del polvo, comprenderemos la importancia de lo efímero, lo (no)físico, lo (in)material, la ausencia, el vacío, la voz y las palabras, el gesto y el movimiento que acompaña a cada espectador como protagonista fundamental de un devenir coreográfico en relación con la obra expuesta.
Existe un paralelismo entre la obra que ha generado Elena del Rivero a partir de los desastres del 11-S y los Desastres de Goya. Ambos fueron agentes directos y están conectados a través de la expresión “Yo Lo Vi” que da título al Desastre 44 de Goya. Esta comparación no es aleatoria. Con esa frase, Goya recogía su propia experiencia al observar los éxodos masivos de los españoles ante el avance de las tropas francesas. Es un reflejo de la historia de los acontecimientos sociales, humanos y culturales; algo que fundamenta el trabajo de Elena del Rivero en El archivo del polvo.
Para sobrevivir, un cuerpo, igual que una ciudad, emplea un número de diversas estrategias. Algunas de esas estrategias son puestas en acción para defender el organismo. Se pueden manifestar en gestos reflexivos, actos de desobediencia, actividades conscientes, o a lo mejor incluso planes premeditados, aunque algunas de ellas son también completamente inconscientes. Son, lo que un psicólogo normalmente llamaría mecanismos de defensa. Desde hace algún tiempo, podrían haber crecido, y aparentemente, están en la mente todavía de algunas personas. Habitan en lugares remotos, normalmente muy bien escondidos, y en el caso de que aparezcan, pueden hacerlo bajo formas complejas y engañosas: formas diseñadas para esconder sus verdaderas intenciones. Lo que estas entidades revelan de ellas mismas es a la vez hermoso e igualmente grotesco. Podrían distraer o incluso engañar al mismo organismo responsable de haberles dado forma poco a poco.
Objects of Defence constituye un completo cambio de contexto en el cuerpo de trabajo de Ludovica Carbotta titulado Monowe: The Powder Room. Este grupo de obras escultóricas fue concebido a principios de este año como un encargo para May You Live in Interesting Times, comisariada por Ralph Rugoff para la 54th edición de la Bienal de Venecia. La presentación de esta muestra deriva en una instalación site-specific adaptada a la arquitectura del antiguo almacén de pólvora de Forte Marghera, una Fortaleza amurallada del siglo XX construida a través de la laguna de Venecia.
Conectando con la resonancia metafórica del lugar, un edificio diseñado para proteger el entorno exterior de su explosivo contenido interno, el montaje exploraba las maneras en las que la imaginación humana pudiera activar emociones poderosas que podrían herir al cuerpo, incluso sin ningún peligro real inminente. La actual exposición en Marta Cervera pone de manifiesto cómo un cambio de escenario afecta a la percepción y revela diversos significados de una narrativa de un proyecto. Su práctica se centra en la exploración física del espacio urbano y en cómo los individuos establecen relaciones con el entorno en el que habitan. En recientes trabajos, mediante la combinación de instalaciones, textos y performances, investiga sobre la especificidad espacial ficticia, una forma de práctica artística orientada a espacios que considera lugares imaginarios o encarna lugares reales en contextos ficticios, rescatando el rol que tiene la imaginación como un valor de construcción de nuestro conocimiento. Carbotta ha completado sus estudios de MFA en Goldsmiths University en Londres(2015). Su trabajo ha sido presentado en la 58th International Art Exhibition, May You Live in Interesting Times, Bienal de Venecia (2019), comisariada por Ralph Rugoff.